lunes, 25 de agosto de 2014

MÁXIMAS CON LAS QUE ME FORMÉ

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MÁXIMAS CON LAS QUE ME FORMÉ 
                                                                                                  Mi padre usaba máximas
                                                                                                                   como corolario de cada consejo.  

Dime con quién anda y te diré quien eres. (Esta máxima me la enseñaron en 3er grado.) 

Me esmeraré por mantener las virtudes inculcadas por mis padres.     

Seré respetuoso y cortés, sin que por ello sienta menoscabado mi coraje.

Usaré, cuando corresponda, los vocablos: permiso, gracias, perdón.

Sé que tendré una sola oportunidad de causar la primera buena impresión.

Dispongo de ocho horas para trabajar, ocho para descansar, y ocho para hacer lo que me plazca. Eso determinará lo que seré.

Cuando tenga dudas recurriré a fuentes confiables. 


La reflexión y la meditación son recursos positivos.

La vinculación con estudiosos me ayudarán a superarme y seguiré haciéndolo durante toda mi vida. 

La eficiencia en el trabajo, una vida ordenada, sin vicios, ni malos hábitos, me mantendrán lejos de la pobreza.

Me importa más lo que pueda llegar a ser que lo que pueda llegar a tener.

La búsqueda de la excelencia y mi calidad de vida dependerá del compromiso que tome en mi relación con otras personas, cualquiera sea mi actividad laboral. 
Evitaré alternar con los pesimistas porque apagan la luz de un luminoso futuro.
  
Disfrutaré de lo necesario para vivir con dignidad sin pretender lo inalcanzable. 

Anhelo que mis seres queridos disfruten la vida como si fuesen inmortales.  

Mi amistad con personas del sexo femenino será exenta de cualquier otra intención.  

En los buenos libros hallé y sigo hallando muy buenos amigos.

Me estimo, por eso estoy a gusto con mi propia compañía.

Seguiré honesto y sincero hasta el último día de mi vida.

No prometeré lo que no pueda cumplir.

Sólo avalaré con mi firma lo que pueda pagar.

Ayudaré al necesitado, pero no al ocioso que rehúsa el trabajo. 

Halagaré respetuosamente a quien lo merezca.

Evaluaré a la gente por sus valores morales y no por sus riquezas.

Callaré cuando otros hablan de lo que ignoro. 

Demostraré aprecio hacia quienes me aprecian.

La mejor manera que actuaré en los momentos encantadores, será disfrutándolos.  
     
Si merezco alabanzas me agradaría que provengan de los ajenos. 

Seré ordenado, fiel al refrán de un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.   

Ante cualquier problema que se me presente, me concentraré en hallarle solución.
 Los proyectos que no emprenderé, jamás sabré si hubieran sido exitosos. 

Deseo que los habitantes del interior tengan la misma posibilidad de progreso que los que viven en la Capital.

Considero que las viviendas rurales de los productores de materias primas con las que se elaboran alimentos, tengan electricidad y caminos transitables.  

Logobernantes deben respetar el federalismo proclamado en nuestra constitución. 
  
Seré tolerante con los que discrepan conmigo, pueden tener razón.  

Los habitantes del interior que desean superarse tienen un sólo camino; el que los lleva a la Capital y su escasols recursos los lleva a las villas miseria. 

Trataré de emula lo positivo de la diversidad cultural y todas sus virtudes.

Trataré de acercarme a quienes poseen elevados valores éticos y morales.

Emularé el encanto de los hogares en los que la mujer es tratada como una reina.

Repruebo a los malvados que se hacen los guapos frente a una mujer.    

Jamás ofenderé a una mujer con palabras, gestos o actitudes impropias.  

No visitaré burdeles ni lugares "non santos".   

No fingiré estar enamorado para lograr otro fin.

Evitaré sitios de diversión que puedan ser perjudiciales.

No fumaré, no tomaré alcohol, no jugaré por dinero, ni adicto a nada perjudicial. 

Eludiré continuar las conversaciones que tiendan a ser polémicas. 

No llevaré una vida fastuosa.  

Apoyaré la buena gente que sea discriminada por color, raza o religión.

Tengo plena convicción que el trabajo dignifica; las dádivas generan mayor cantidad de ociosos y pedigüeños.

Durante mi pubertad no me dejaré llevar por la revolución hormonal

El imperio de la razón me aconseja manejar ese instinto con prudencia.

Si la Vida no dispone otra cosa, intentaré hallar en una biblioteca a la chica que pretendo.

Cuando me enamore me preguntaré ¿si la chica elegida fuese un muchacho, sería mi mejor amigo?

Y le preguntaré a ella: ¿si yo fuera una chica, sería tu mejor amiga? 

Considero, y le haré saber a ella que el amor es un sentimiento sano y sublime. 

Después de conocer su idiosincrasia, si es de mi agrado, le preguntaré si quiere recorrer conmigo el camino de la vida. 

Le haré saber que el amor recíproco es el mayor ideal de la vida.  

Trataré que nuestro avance sea gradual y, si lo veo positivo, proyectaré el futuro.    

Quisiera mantener en la madurez la cordura de mi juventud.  

Las dictaduras me enseñaron a valorar la libertad.

Para que mis hijos vivan con los pies en la tierra colocaré responsabilidades sobre sus hombros
      
Si dejo un buen recuerdo de mi paso por la vida, será como ganarme el Paraíso.


                                                                     * * *           loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar