lunes, 21 de diciembre de 2015

EL GAUCHO RIVERO

EL GAUCHO RIVERO

El diario La Nación del 27 de diciembre de 2015 publicó un artículo titulado: Plagio de 50 pesos. Dice: "La imagen que aparece en el reverso del nuevo billete de 50 pesos podría no ser una representación del legendario gaucho Antonio Rivero, protagonista de un alzamiento contra la ocupación británica en las islas Malvinas, en 1833.
Eso es lo que da a entender la historia que cuenta el fotógrafo Marcelo Royo Celano. Según Royo Celano la imagen del billete corresponde a un foto que él tomó durante una jineteada en San Isidro, en 1994. Después la retocó, aisló el caballo, en lugar de la fusta le puso una bandera argentina y la subió a su web personal. El fotógrafo plagiado ni siquiera conocía la historia del Gaucho entrerriano Antonio Rivero.

Vale acotar que Antio Rivero nació en Concepción del Uruguay en 1808 y muró combatiendo a los invasores ingleses en La Vuelta de Obligado en 1845.
  No se justifica que relate su historia porque ya está publicada en Internet en el link de wikipedia donde podrán adentrarse en su historia:

                                                es.wikipedia.org/wiki/Gaucho_Rivero

                                                                            * * *               loscuentosdeoscarpascaner.blospot.com





miércoles, 4 de noviembre de 2015

DIARIO "EL PUEBLO"

DIARIO "EL PUEBLO"

Tengo ante mí el diario "El Pueblo" del 23 de mayo de 2015, y vuelvo a hojearlo con lágrimas de emoción suspendidas de mi pupilas. 
Sentirlo en mis manos me transporta al lejano ayer trayéndome el vívido recuerdo de mi tarea de unir letra a letra de sus titulares para formar las sílabas de cada palabra.
Pasaron casi ocho décadas cuando esforzándome logré deletrear la palabra EJIDO.
 - Mamita ¿Qué es EJIDO NORTE? 
 - Una zona poco poblada al Norte de Villaguay.
 - ¡Ahhh! Entonces Domínguez es Ejido Sur.
 - Ejido son zonas poco pobladas, Domínguez es un pueblo. 

"EL PUEBLO" con el logo de siempre, encabeza el recuadro, en el que, entre otros datos menciona su fecha de fundación: 4 de febrero de 1926 y el nombre de su Directora: María Josefina Surra, nieta de su fundador don Emilio Surra, a quien lo sucedió su hijo Juan Carlos Surra, padre de la actual Directora. 
Juan Carlos Surra fue esencialmente una buena persona, propietario y Director de un diario de una ciudad entrerriana que tuvo el mérito de ser designado Presidente de ADEPA, la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina.
Mi padre, Leonardo Gregorio Pascaner, tuvo el privilegio de mantener amistad con el noble señor Juan Carlos Surra. 

Cuando el golpe militar del 4 de junio de 1943 destituyó a las autoridades del Gobierno provincial y las de cada pueblo de Entre Ríos, el señor Juan Carlos Surra publicó una nota de quien fuera el Presidente de la Junta de Fomento de Domínguez, en la que rebatía las ignominias que publicó su reemplazante de facto en un pasquín pro nazi de Villaguay. 
Juan Carlos Surra fue un democrático que jamás se apartó de sus convicciones.   

                                                                          * * *                   loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar

lunes, 14 de septiembre de 2015

ENCUENTRO FORTUITO

ENCUENTRO FORTUITO CON EL iNTENDENTE DE VICENTE LÓPEZ

Irene Ortiz Texeira, hija de una caboverdiana, casada con un argentino, tuvo la gentileza de invitarme a la reunión del acto que haría en su domicilio de la calle España, de Vicente López, Provincia de Buenos Aires. 
Con Irene Ortiz Texeira surgió la amistosa relación, como la de muchos otros cantores aficionados al tango que lo hacen en un bar de Vicente López acompañados por el inefable guitarrista Carlos Zalazar
Me encontré que Irene Ortiz Texeira habia destinado su living para exponer cierta cantidad de artesanías africanas, lo que denominaba "Casa de África en Argentina".
A dicho acto concurrió Jorge Macri, Intendente de la Municipalidad de Vicente López con dos de sus colaboradores. Entre los fotografiados con el ilustre visitante me encontraba yo.

Ese efímero contacto no impidió que poco después no me reconociera cuando nos vimos en la Exposición de Libros que hizo su Municipalidad en la plaza cercana al edificio de la Municipalidad de Vicente López, oportunidad que le pregunté por qué 
trababan la concreción del Paseo Cultural García Lorca. 
  - ¿Y qué es eso?
  - Señor Macri ¿Recuerda que usted hizo un referendo para elegir cual de sus propuestas considerábamos preferencial, y la creación del Paseo Cultural García Lorca ganó con el 48,8% de los votos? 
  - Explíqueme qué es ese paseo.
  - Cultura. Algo como esto.
  - ¿Dónde es eso? 
  - En Florida Este, en una cuadra de la mano sur de la Avenida Aristóbulo del Valle, desde Caseros hasta Avellaneda.
  - Le prometo averiguar cómo va eso.
  - Se lo agradeceré.

                          







Irene Texeira Ortiz hablando con Jorge Macri.
Una actriz caboverdiana junto a Irene Ortiz Texeira















Intendente de Vicente López, Señor Jorge Macri; junto a él uno de sus colaboradores y la inefable Irene Ortiz Texeira. Yo a la izquierda del Intendente.


                                                                                              
                                                                                                            loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar

                                                                        * * * 

lunes, 24 de agosto de 2015

MÁXIMAS QUE INFLUYERON EN MI FORMACIÓN


MÁXIMAS QUE INFLUYERON EN MI FORMACIÓN                                                                

  .-   Destino ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y otras ocho para                 hacer lo que me plazca; de eso depende qué seré.

  .-   Mi calidad de vida dependerá del compromiso que tome en la búsqueda de la
       excelencia, independientemente de la actividad laboral que realice.

  .-   Sólo tendré una oportunidad de causar una buena primera impresión.

  .-  El trabajo y los buenos hábitos me mantendrán alejado del ocio, de los vicios 
       y de la miseria.

  .-  Es más importante lo que llegue a ser que lo que llegue a tener.

  .-  La amistad con los estudiosos me dará la oportunidad de superarme.

  .-  Intentaré ser ordenado, respetuoso y cortés; eso no me hará menos valiente.

  .-  Para ser ordenado destinaré un lugar para cada cosa, y trataré de que cada 
      cosa permanezca en su lugar.

  .-  No saldré a buscar aventuras porque será fácil dar con ellas.

  .-  Gozo de mi propia compañía porque me estimo.

  .-  Cuando encuentre un estilo de vida que me agrade no intentaré cambiarlo. 

  .-  El sentido común me hará dudar de muchas cosas; las dudas harán que me 
       esmere por informarme, la información me acercará a saber más.

  .-  Intentaré emular lo positivo que encuentre en otras personas.

  .-  Evitaré la compañía de quienes no se comportan correctamente.

  .-  Mantendré durante toda mi vida los valores éticos y morales inculcados por 
       mis padres.

  .-   Entre los discriminadores y discriminados, apoyaré a los discriminados.

  .-  Cuando tenga un tiempo disponible hojearé un diccionario enciclopédico.

  .-  La amistad es un sentimiento sano; si no lo siento así, es otra cosa.

  .-  Jamás incomodaré a una mujer con una actitud o con una palabra.

   .-  Huiré de los displicentes porque apagan la luz de la superación.

  .-  El ocio me robará un momento precioso.

  .-  La manera que actuaré en los momentos preciosos será disfrutándolos.

  .-  Quienes me demuestran aprecio, es porque sintieron mi aprecio hacia ellos.

  .-  Los proyectos que no emprenda, jamás sabré si hubieran sido exitosos.

  .- Disfrutaré de la vida como si fuera inmortal; no temo a la muerte porque me 
      aleja de la vida.

  .-  Me conformaré con lo que tenga, no anhelaré lo que está fuera de mis posibilidades.

  .-  Disfruto más de la alabanzas cuando proceden de ajenos.

   .-  La diversidad cultural nos brinda la oportunidad de conocer otros hábitos y
       costumbres.

   .-  En la madurez de la vida estoy recuperando la cordura que tuve de niño.  
        
                                                                 * * *      loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar   
                                                                                       




























jueves, 13 de agosto de 2015

ANÉCDOTAS RESCATADAS POR MI MEMORIA.

ANÉCDOTAS RESCATADAS POR MI MEMORIA

Las autoridades argentinas determinaron que las patentes de los vehículos en vez del nombre de la provincia llevaran una letra antecediendo al número. 
En la reunión, a las que cada provincia mandó sus delegados, se les explicó que se les adjudicaría, en lo posible, letras relacionadas con el nombre de sus provincias.      - ¿Quién quiere la letra A? -nadie respondió.                                                      
 - ¿Quién quiere la B?
 - Yo, la B para mi provincia de Buenos Aires. -exclamó su representante.
 -  La letra B identifica a la Provincia de Buenos Aires. 
Los delegados de la Capital, de Córdoba, de Corrientes, de Catamarca, de Chubut, del Chaco, estaban como caballos en la línea de partida para la carrera cuando aún no había terminado de preguntar quien quiere la letra C, el delegado de la Capital Federal la reclamó, adelantándose a los demás. 
  - La letra C identifica a los vehículos patentados en la Capital Federal. 
Así continuó la adjudicación de letras; algunas de las provincias ligaron letras que poco o nada coincidían con las que conformaban su nombre.
El delegado de Salta dormitaba el efecto de la empanada y los cuatro vasos de vino con que la acompañó, cuando preguntaron quien quería la letra S. El delegado de Santa Fe fue más rápido que el de Santa Cruz y el de Santiago del Estero. 
Al resto de las provincias les adjudicaron letras que nada tenían que ver con sus nombres; así fue que Córdoba ligo la X; Santiago del Estero la G, Corrientes la W, al Chaco la H, etc., etc.
Quien presidía la reunión se percató que sobraba una letra que nadie solicitó. 
Al pasear la vista por los presentes vio que el delegado de Salta dormitaba.
 - Delegado de Salta ¿qué letra quiere para su provincia?
- ¿A? - así fue que a Salta le adjudicaron la letra A. 

                                                                   *

La Provincia de Chaco anunció que ese año haría en la isla del Cerrito la Fiesta Nacional de la Pesca del Dorado.
Esa Fiesta la venía haciendo la Provincia de Corrientes desde hacía varios años.  
Se originó una polémica entre las dos provincias.
El Presidente de la Comisión que creó Chaco para organizar la Fiesta de la Pesca del Dorado aceptó el desafío del Presidente correntino de esa Fiesta de debatir ante el canal de la Televisión Correntina.
Acusaciones cruzadas acerca de quién tenía más méritos para hacerla, el vice presidente de la Comisión correntina, que, por indisposición repentina del culto presidente, acudió al debate en su reemplazo, sin haberse preparado. 
  - ¿Qué mérito tienen los correntinos para adjudicarse la exclusividad de la Fiesta de la Pesca del Dorado siendo que les adjudicaron la letra W para sus patentes, la W de Water Closet, literalmente: lugar en el que se depositan los deshechos humanos.  
  - ¿Y a ustedes, que les asignaron la H de ignorantes? 

                                                               *
Un hombre y su esposa asistieron a la fiesta que se hacía anualmente en Balcarce, ciudad natal de Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial de automovilismo de fórmula 1, donde comieron y tomaron con exceso.
Durante el regreso el hombre le manifestó a su esposa que no se sentía bien, ella que no sabía conducir el automóvil, le sugirió desviarse y seguir por la ruta que pasa por Genaral Belgrano y empalma con la que los llevaría a Ezeiza para tomar la Richieri.
  - Esa es una buena idea -admitió el hombre y agregó- espero hallar una estación de servicio porque no queda combustible para llegar a General Belgrano.
Algunos kilómetros después de tomar la ruta a General Belgrano vieron una Estación de Servicio.
  - Comprate un Alikal y te lo tomás así te despeja y mejora tu descompostura por haber comido tanto.
El hombre estacionó junto a los surtidores y entregándole las llaves al joven que vino a su encuentro, le dijo
  - Llená el tanque con nafta especial... ¿Dónde están los baños? -le preguntó al joven cuando éste ya estaba echando nafta al tanque. El hombre ya iba hacia los baños cuando se acordó lo que le recomendó su esposa y se detuvo preguntádole   
   - ¿Tenés Allikal?
El joven cortó el chorro de nafta y retirando la manguera le dijo
   - No aceptamos pagos con tarjeta.
                                                                * 
Mi hermano Guillermo, concesionario de Ford en la ciudad de La Rioja fue visitado por uno de los propietarios del Establecimiento Avícola Von Hué de Gualeguaychú. 
  - Von, prefijo de un apellido germano ¿y Hué? -conjeturó mi hermano
  - No es por eso el nombre de nuestro establecimiento. Es por nuestros huevos de doble yema, que pesan 70 gramos. 
  - Sé que los comunes son de 56 ó 57 gramos. 
  - Así es. Se nos ocurrió Von Hué en vez de huevón.

                                                                    *

 - Mama los chicos de la escuela me dicen "Cabezón".
  - No les haga caso, tenés una cabeza normal. Tomá m´hijo este dinero pa´ que me compres cinco kilos de papas.
  - Déme la bolsa pa´ trairlas.
 - Tráilas en tu gorra, como siempre.

                                                                      *

miércoles, 5 de agosto de 2015

ESTRATEGIA MILITAR

ESTRATEGIA MILITAR


Como Oficial de Reserva del Ejército Argentino, Jefe de Sección  Morteros, me sentí atraído por un libro del Coronel del Ejército Argentino Mario A. Pozzi donde analiza la táctica militar israelí al enfrentar a la Alianza de cuatro países árabes -Egipto, Siria, jordania e Iraak- que decidieron borrarlo del mapa con fuerzas militares que los superaba en relación de 200 a 1 en hombres y armamento.

Cuatro guerras anteriores demostraron que los árabes nunca quisieron evitarlas. Israel, defraudado por la falta de gestiones diplomáticas, y ante las amenazas de una guerra de exterminio total, Israel debió luchar por su subsistencia; las naciones árabes lo hicieron en procura de un presunto camino de unidad árabe. 

Basado en ese libro y otros, me permito tomar partes de lo expuesto por el Coronel Pozzi, y otras propias, para hacer el siguiente análisis:

El 5 de junio de 1967 estalló lo que luego se llamó la Guerra de los Seis Días. 
Israel quedó expuesto a su aniquilación total por Egispto, Siria, Jordania e Irak.
Los militares de la alianza de los países árabes recibían órdenes telefónicas de un comando instalado en zona segura; ("disciplina de empuje"). 

La rapidez del relámpago israelí se inició con la "táctica de arrastre" en la que los oficiales y suboficiales van a la cabeza y los soldados acatan sus órdenes.

En seis días de duros enfrentamientos los israelíes infligieron sucesivas derrotas en todos los enfrentamientos con los árabes, aún en las casamatas egipcias de los altos del Golan, de las que dispararon durante 19 años contra los agricultores israelíes.
Egipto disparó 9.600 misiles sobre ciudades israelíes.

Ahora es difícil que Israel -donde el General Dayán se proyecta como excepcional primera figura política- ceda importantes partes de lo conquistado, invocando el principio elemental de seguridad y su derecho a existir como Estado. 

Israel dio un ejemplo que incita a la la reflexión; actuó con absoluta independencia afrontando cualquier consecuencia y sopesando bien los riesgos de dejar con vida a sus enemigos (algo que en guerra es inadmisible). 
Los israelíes consideraron que la sensación que deja la derrota será suficiente motivo para que sus enemigos no emprendan otra guerra.

Israel tiene muy buenos argumentos a su favor; así como ganó la guerra, con firmeza pero con serenidad, no estén equivocados al pretender un entendimiento directo con sus adversarios, ya que éstos también, en su fuero íntimo están defraudados de sus potenciales grandes aliados.

La victoria no da derechos, pero la seguridad de un Estado tiene sus derechos. 

Esperamos que ahora, ambas partes tengan la suficiente mesura y humildad para firmar un tratado de paz definitivo.

Se nos ocurre que en 1967 Israel ha completado la independencia por la que luchó desde que la ONU aprobó por mayoría, en diciembre de 1947, la creación del Estado de Israel y otro Palestino, en la región de Medio Oriente, que perteneció a  los turcos hasta la primera guerra mundial, cuando la perdió ante los Aliados y quedó bajo administración inglesa. 
  
Ahora, Israel, ya consolidada como nación, con nuevas fronteras, puede, con mayor libertad y criterio, eminentemente realista, que le es peculiar, sin presiones externas, fijar sus definitivos límites territoriales.

LECCIONES RECOGIDAS  (pág. 33 de la misma obra)

El Ejército de Israel capitalizó y meditó bien sobre lo que había que revisar: 

 - Falla en las comunicaciones y enlaces.
 - Mejorar informaciones de los comandos subalternos a sus superiores.
 - Exceso de iniciativas que no contemplaban la conveniencia del conjunto.
 - Tareas de oficiales que permitieron acciones espectaculares de sus combatientes.
 - Mejorar el aspecto logístico y de reemplazo; a veces con audacia, sin temeridad.
 - El Ejército israelí cometió el error de no tomar toda la Franja de Gaza.

Los encargados de hacerlo, se dedicaron a corregirlos para próximas guerras, ya que tampoco en esa ocasión los derrotados firmaron un tratado de paz. 
Otro armisticio dejaba expuesto el riesgo de otras guerras al acecho.
  Resultado de esa guerra de 1967 Israel:
Israel tuvo 171 muertos y 800 heridos o prisioneros. 
Egipto 1.000 muertos y 5.000 prisioneros. 
Los otros cuatro países (Siria no dieron datos.

El Ejército de Israel no buscó destruir egipcios. 

Esto lo critica Bernard. B. Falle en sesudo estudio publicado por la Military Review, citando los Reglamentos de Servicios de Campaña de EE: UU. ... 
"En cosas tan peligrosas como la guerra, los errores que proceden de un espíritu de benevolencia son los peores"...
"El objetivo de todas las operaciones militares es la destrucción de las fuerzas armadas del enemigo en la batalla". 
"Se considera un error que Israel no anexionara a su territorio la Franja de Gaza".

Israel consideró
 que, políticamente, no le convenía aplicar esas fórmulas, optó por ser piadoso con el enemigo. 
Ya había procedido así en una de las guerras anteriores: no quiso tomar Damasco. 
Se detuvo cuando sus fuerzas arrolladoras se encontraban a 42 kilómetros de la capital de Siria. 
Israel considera que la humillación por la derrota bastará para que no intenten otra guerra. 
Quizás algún día se arrepientan por esa determinación... o no.

Los jefes de grupos de terroristas árabes hacen creer a sus seguidores que quienes se inmolan en actos terroristas van directamente al Paraíso donde los aguardan las "huris",  jóvenes perpetuamente vírgenes... (Corán. Sura 52:17-20). 

Las "huríes" visten ropas magníficas tan ligeras y díafanas, que se ve a través de ellas la médula de sus huesos...  El feliz musulmán abre el fruto...  
La "huri" está destinada a permanecer con él mil años. 
(Enciclopedia moderna Diccionario Universal. Tomo III  Francisco de P. Mellado)
  
                                                                    * * *            loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar








                                                                                                                        

lunes, 27 de julio de 2015

INGRATITUD HACIA EL GAUCHO - ALMUERZO CHICO

INGRATITUD HACIA EL GAUCHO                                                           
                                                                                     Este relato es un homenaje a la nobleza                                                                                                                         de los gauchos entrerrianos.
                                                                                                                          Oscar Pascaner
                
El gaucho fue el producto de la mestización de indios con mujeres blancas raptadas durante los malones a estancias, pueblos, fortines y caravanas.
No me detendré a analizar el derecho de los aborígenes de expulsar a los invasores porque me apartaría del tema que deseo abordar. 

GAUCHO: Mi deducción personal, -nada etimológica- me hace suponer que dicho vocablo habría surgido de unir la primera sílaba de “gauderio”, -término usado en el sur del Brasil para mencionar a hijos de indios con mujeres blancas raptadas-, y la segunda sílaba de huascho, vocablo quichua que significa desamparado o huérfano.

Cuando la joven blanca, víctima del rapto, vio que su hijo engendrado en la brutal violación del indio que la raptó, tuvo una sensación de rechazo al ver que su boca grande, su pelo renegrido, sus pómulos angulosos y sus ojos rasgados eran la fiel réplica del indio que la sometió brutalmente. 
Las indias que la atendieron en su parto pusieron al recién nacido junto al pecho de su madre, pero la joven blanca  lo rechazó. 
 - Críenlo ustedes - gritó y se tapó la cabeza con la sucia cobija.

Su resentimiento hacia el inocente cedió ante su constante berreo y la puso junto a su pecho ayudándolo para que chupe su pezón. 
Su instinto de madre superó su rencor.  
Mientras ese hijo no deseado mamaba repasó lo sucedido la noche del asalto a la estancia. Dejó su cuarto al oir la gritería del malón. Por la ventana vio los fogonazos de los trabucos de los peones en su intento de frenar al malón, pero caían bajo las puntiagudas lanzas y golpes de boleadoras de los indios. De los dormitorios le llegaron gritos desesperados de los miembros de su familia; se escondió detrás de un mueble. Allí la descubrió un indio maloliente de crenchas engrasadas que la sacó de los pelos y se la echó en su espalda y la puso sobre un caballo al que montó y la arrojó al suelo en un montecito donde la violó brutalmente. 
Debe haberse desmayado porque despertó en un camastro dentro de un toldo hecho con cueros vacunos. Una indígena le dio a beber una infusión de yuyos, algo amarga, pero la tomó para no desairar a esa mujer, a la que no le entendía lo que decía, pero se mostraba amable.

                                                            *

El niño puso su brazo junto al de su madre, y en su media lengua le preguntó por qué ella tenía la piel blanca y la de él era oscura. Su madre empalideció y lloró.
La india vieja se esmeraba en atender bien a la joven blanca y a su hijo, al que le hablaba en su extraño dialecto y él reía. Nunca rio con su madre.

Ya grandecito comprobó que su madre lloraba cada que le preguntaba por qué ella era tan blanca y, en vez de responderle, lo abrazaba escondiendo su cara  llorosa, le daba un beso, y lo mandaba a jugar con los otros chicos.

                                                       *

Con el tiempo comenzó a pensar que su madre ni él pertenecían a esa tribu.

Montado en su caballo, -regalo del indio de crenchas engrasadas- con permiso del cacique comenzó a ir a cada cacería de ganado que serviría de alimento a la tribu.

De ellos aprendió a secar la carne para hacer charque, o salarla para conservarla
hasta que decidan usar parte de ella para preparar alguna comida. Bastaba con dejarla durante una noche en agua para quitarle el gusto salado.
El pequeño mestizo observaba cómo estaquear los cueros para secarlos al sol. Después vio cortarlos en lonjas y en finos tientos con sus cuchillos. Comprendió que con esas lonjas hacían las riendas para sus caballos y las boleadoras con tres piedras forradas en cuero unidas con lonjas, que usaban para pialar a los vacunos y potros que querían cazar. También observó cómo hacían las botas de potro con el cuero de las patas de esos animales; sacaban el cuero cortándolo en círculo a la altura de la rodilla del potro, y lo sacaban entero. Sin secarlo se lo ponían en sus pies para que se les amolde.  

                                                            *

Mientras su madre dormía, o se hacía la dormida, él muchacho se proveyó de lo necesario, y sin saludarla dejó el toldo, montó su caballo y se alejó sin rumbo fijo.
Toda esa llanura le era familiar porque cuando aprendió a andar a caballo siguió a la indiada en  las cacerías de vacunos y yeguarizos (descendientes en cantidad pro-digiosa de los que trajo Pedro de Mendoza en la primera fundación de Buenos Aires).
Andando sin destino fijo dio con un arroyo, donde él y su caballo tomaron agua. Un carpincho y varias nutrias que había en las inmediaciones se metieron en el agua y se alejaron nadando.
En ese andar errabundo sintió necesidad de alimentarse. Al ver un ternero que retozaba alejándose de la manada,  taloneó su caballo y lo embistió derribándolo. Desmontó rápidamente y antes de que se reponga, lo degolló con su cuchillo. Con el ternero a horcajadas en la cruz del caballo llegó a un montecito de árboles. Juntó unas ramas, hizo fuego, mientras se asaba un costillar, terminó de cuerear el ternero y estaqueó su cuero al sol recordando que el cacique cambiaba cueros por cigarros, fósforos, ginebra, yerba, sal y otras cosas. Cuando él lo acompañó con muchos cueros vacunos y de animales silvestres, el bolichero le dio ropas, cobijas, y muchas otras cosas, y ese cuchillo que el cacique le regaló.
Él se acordaba donde estaba, pasaría por allí con el cuero del ternero.

De los indios aprendió a dejar la carne al sol para hacerla charque y otra parte la  salaban en la toldería. Cuando las mujeres querían usar un poco de esa carne, que le decían tasajo, para hacer una comida el día siguiente, la dejaban en agua toda la noche para sacarle el gusto salado.                                                                 De los indios aprendió a cortar el cuero en lonjas y en finos tientos; con cueros envolvían tres piedras medianas y las unían con lonjas de regular tamaño, para hacer las boleadoras que arrojaban a las patas del vacuno o del potro que querían atrapar.
Sentado a la sombra de uno de los escasos ombúes que había en la pampa hizo un  largo lazo con ocho tientos trenzados, mientras se  secaban al sol los cueros de unos animales silvestres que fue cazando durante su andar; tenía un vago recuerdo del sitio en el que estaba el boliche.
De su madre aprendió a hablar en castellano, sólo con ella lo hablaba.
Halló el boliche donde su dueño lo reconoció. Para no decirle que se había huído de las tolderías, dijo que vino por encargo del cacique para canjear los cueros por yerba, cigarros, fósforos, ginebra, un chiripá y otras ropas.

Así es como surge el “gaucho”, buen jinete, hábil con el lazo, las boleadoras y el cuchillo; además sabe el tratamiento del cuero y la salazón de la carne. Ocasionalmente se ofrece en un rudimentario establecimiento ganadero.
A los pocos días, su espíritu errabundo no soporta el sedentarismo y se va para seguir con su andar errabundo por la inmensidad de la pampa.

Una vez, en el boliche, compartió unas cañas con sus congéneres; después,  a la sombra de un ombú comieron un asado y tomaron mate. Uno de ellos tenía una guitarra y ejecutó en ella unos temas sureños.
-Empréstemela le dijo y ahí tuvo por primera vez la oportunidad de ver una guitarra y acariciar sus cuerdas.
-Y ¿cómo se hace pa´ sacar ese sonido que le saca usté?
- Y de oido no más –y le fue mostrando cómo cambia el sonido de la cuerdas conforme al lugar del cuellos de la guitarra en la que iba poniendo los dedos.

“Ese fue el gaucho primitivo” el que dio su sangre en las luchas para liberar estas tierras de los invasores españoles; el que moldeó el prototipo del gaucho que surgió en el siglo XVI y perduró hasta el 25 de Mayo de 1810.

Ciertas situaciones que vivió, agudizaron su instinto de permanente alerta.
  
En mi ingenuidad de niño provinciano le pregunté a mi maestra:
 -¿Por qué la Primera ni Segunda Junta de Gobierno, ni la Asamblea de 1813 no los recompensó por su aporte de bravos guerreros en las batallas para expulsar de estas tierras a los invasores españoles? -y la maestra no supo responderme y al verme que yo necesitaba una respuesta, añadió- Sobre eso ya sacarás tus propias conclusiones al leer la Historia Argentina escrita por diversos historiadores.
Queriendo saber el porqué de esa ingratitud, hoy que voy en camino a los 87 años, después de haber leído a muchos autores que escribieron sobre ese tema, no he encontrado a uno solo que me permita entender esa ingratitud.

Muchas veces el gaucho fue comparado con la figura del centauro.
Esa imagen no es arbitraria, ya que el caballo se constituyó en su amigo inseparable y su bien más preciado.
De este “gaucho primitivo” perduran algunos de sus hábitos, que suelen  verse en las fiestas en las que se honra la tradición.   
Un día, el gaucho primitivo levantó su rancho en terreno elevado, cercano a un arroyo de aguas limpias, hizo las paredes con barro mezclado con yuyos y bosta de vaca para que resistiera las lluvias, y lo techó con paja brava.
Cuando encontró la mujer que le gustaría para compañera, la conquistó.
En ese rancho armaron su familia, hasta que un día llegó la leva y se lo llevó como soldado a los fortines. Nadie asistió a su mujer y sus hijos.


La segunda etapa del gaucho: comenzó en 1815, y se extendió hasta 1846, en la que llegó el alambrado para delimitar los campos, época en que se dicta el decreto por el que todo hombre que no tenga propiedades sería reputado sirviente y estaba obligado a portar documentación (la “papeleta”) con la visa del patrón y del juez.
Ahí comienza el injusto e ingrato capítulo de “El gaucho perseguido”.
 (Nunca entendí por qué no se dictaron leyes para asimilar a la “civilización” a esos valientes gauchos, que, por propia voluntad, o por las levas, lucharon primero para expulsar a los conquistadores españoles, y después  a los aborígenes trasandinos que asolaban a las estancias y pueblos del sur. Para aquellos que desconocen el episodio de los aborígenes trasabdinos que asolaron la población de Azul y llevaron cautivas a centenares de mujeres ¿están en contra de la Ley votada por unanimidad para llevar nuestra frontera sur hasta el río Negro? De no ser así ¿de quién sería hoy la Patagonia?

La tercera etapa: la del ocaso del gaucho, en el contexto de la organización nacional y las profundas transformaciones en los campos de la Argentina.
(En ese contexto, tampoco se acordaron de los que dieron su sangre en las lu-chas por la Independencia, de sus mujeres, ni de sus hijos desamparados).

EL GAUCHO PERSEGUIDO

Había gauchos que tenían su hogar fijo (donde vivían con su mujer e hijos) y que desempeñaban tareas en establecimientos cercanos, aunque de hecho la mayoría andaba y andaba la llanura, sin otro sedentarismo que una corta temporada de “agregado” en alguna estancia (el “agregado” recibía techo y comida a cambio ce ciertos trabajos menores).

El firme desarrollo de la producción ganadera y el paulatino afianzamiento de las instituciones políticas iban creando un nuevo país, la nación moderna, donde el viejo andador de caminos, solitario e incansable viajero, ya no tenía espacio.
Lo que necesitaban, en cambio, eran hombres con su pericia y valor para el servicio estable en las estancias y saladeros.
También los necesitaban en las filas del incipiente ejército, para continuar ampliando la frontera civilizada hasta hacerla coincidir con los límites del territorio nacional, hasta integrar las extensas tierras del Sur que seguían en   poder de los indios.
Además el incremento de la actividad de hacendados, saladeros curtiembres y exportadores había hecho desaparecer la hacienda sin dueño, y la tradicional costumbre de carnear vacunos ajenos –admitida años atrás- ya configuraba un delito.
Esta época de decisiva transformación constituyó el comienzo de la era del gaucho perseguido, figura que encontraría su reflejo literario prominente en El gaucho Martín Fierro, la clásica obra de José Hernández (1834-1886).

Se desatan polémicas entre los que emitían opiniones al voleo, al sostener que los gauchos eran “semi delincuentes, vagos malentretenidos”, que contrataban con los mejor informados, que los consideraban víctimas de ideas “importadas” basadas en “el proyecto de organización nacional”.

De todas formas, es indudable que así como el nacimiento del gaucho se explica por las condiciones reinantes en el Río de la Plata hacia el siglo XVI, su ocaso también responde a los condicionamientos de la economía que se modificaba sustancialmente con el paso de los años.
De este modo, culminaba el proceso que venía prefigurándose.
En 1815 el gaucho tiene ante sí una alternativa ineluctable: incorporarse a las modernas faenas rurales o, en su defecto, a la marginación por la pérdida de todo espacio social, una huída incesante de la autoridad, guarecerse en terrenos bajos, en la periferia semisalvaje, o al riesgo de ser enganchado por la leva para llevarlo a los fuertes de las fronteras. (Y sigue la ingratitud de nuestros gobernantes de usar al gaucho como freno contra los indios).
Éstos fuertes eran avanzadas militares de enrolamiento quinquenal forzado, en los que debían defender y extender los límites de la civilización frente a la resistencia de las poblaciones indígenas, cuyos cruentos asaltos a estancias y poblaciones (llamados“malones”), obstaculizaban el crecimiento del país.
Paralelamente, y como tantas veces en la historia, la casualidad y constancia    marcaron un hito transformador, verdaderamente revolucionario.
Desde los iniciales intentos civilizadores en el Plata, los gobernantes y los hacendados tenían honda preocupación por hallar un sistema efectivo para delimitar las parcelas rurales y resguardar el ganado: zanjas y cercos vivos de plantas no resultaban soluciones ciertas, y la clave fue hallada al azar por el inglés Richard B. Newton, residente en Buenos Aires con su esposa y 15 hijos. A principios de 1844 viajó con dos de sus hijos a Gran Bretaña para ocuparse de la educación de ellos. El año siguiente, en un paseo ocasional por el estado de Yorkshie, pudo observar una manada de ciervos cercada por gruesos alambres. Entusiasmado tomó la idea, adquirió los materiales necesarios para su campo y los hizo remitir a la Argentina a bordo del velero Jonathan Félix, pero el navío naufragó durante la travesía oceánica.
Ese fracaso no amilanó a Newton, encomendó a la firma Readgers & Cía el envío de “100 atados de alambre de 160 yardas cada uno; 500 varillas de una pulgada y cuarto por cinco pies de alto, con siete agujeros”, mercancía que llegó al puerto de Buenos Aires a mediados de 1846.
Provisto de esos elementos Newton cercó su huerta, el parque, el jardín y los montes de su estancia “Santa María”, ubicada a 10 leguas de Chascomús, en la Provincia de Buenos Aires, con lo que inauguró el uso del alambrado en la República Argentina.
La generalización de ese sistema termina con el gaucho de antaño.
En su lugar crece otro personaje, el gaucho peón, asimilado a las estancias nuevas, se convierte en sedentario y especializado en tareas pecuarias.
Ese gaucho peón, depositario de las cualidades de su antepasado errabundo se convierte en celoso custodio de costumbres que ya no ejercita día a día. El gaucho al que las circunstancias de una época pasada lo llevaron a vivir marginado como “semi delincuente, vago y mal entretenido” desaparecía para siempre y surgía “el gaucho peón de estancia, hábil en tareas rurales”.
Ese gaucho fue el que en la provincia de Entre Ríos, daría su colaboración desinteresada a los inmigrantes europeos.

LAS FAENAS DE LA YERRA

En los tiempos de auge, la marcación de la hacienda mayor y las ceremonias consecuentes, constituían uno de los acontecimientos más importantes en la vida social del gaucho; la mayor de sus oportunidades de expansión. Porque el trabajo de marcar a los animales (mediante hierro candente con determinado dibujo registrado a nombre de su propietario) iba acompañado por las habilidades colectivas únicas; celebraciones, entretenimientos; un escenario calificado que demostraba la destreza en la ejecución de faenas  (que así no pesaban) y el remanso de la música y el baile, donde las mujeres tenían la mejor ocasión de lucimiento.

Una vez al año, durante los templados meses del otoño (abril, mayo, junio), la estancia preparaba su gran acontecimiento: la yerra. En dicho suceso el animal era volteado mediante el recurso de pialar (enlazar sus patas), y otros lo mantenían apretado contra el suelo, algunos animales machos se castran para su mejor engorde, otros pierden parte de su cornamenta para atenuar su agresividad y se les aplica el hierro candente arriba del anca, la marca complicada e indeleble geometría del símbolo del establecimiento.
Decidida la fecha en que la yerra tendía lugar, el mundo rural se aprestaba, hombres y mujeres de la estancia, vecinos de campos cercanos y gauchos de lejos, atraídos por la certeza de una buena diversión. Todos con sus mejores atavíos; ponchos de vicuña, chapeados de plata, botas bordeadas en el empeine, espuelas de grandes ruedas, lazos trenzados con 24 tiras de cuero y cuanta prenda lujosa esperaba esa inigualable ocasión.
Después de apartar los animales destinados al asado, mientras el fogonero calentaba las marcas y afilaba las tijeras de descornar otros instrumentos para las delicadas funciones quirúrgicas, el ganado sin marca era llevado al corral, y a la orden que impartía el patrón, los pialadores (que arrojan sus lazos a las patas delanteras del animal y los enlazadores (que hacen caer la cuerda en las astas o el cuello del animal) comenzaba su tarea.
Algunos a pie, otros a caballo, pialadores y enlazadores dejaban caer sin falla el lazo sobre la presa elegida ante rodeados público entusiasta, que, con gritos que sonaban como aplausos, premiaban las más espectaculares maniobras ante la fiera resistencia de los animales. El corral se convertía en el centro de la atención,
ámbito ideal para demostrar su maestría en el uso del lazo y en la tarea de sujetar al animal contra el suelo para aplicar las marcas candentes, la tijera descornadora y la herramienta para castrar. En pocos segundos las bestias eran devueltas a sus fuerzas, ya marcadas, los terneros castrados, otras con parte de sus cornamentas mutiladas.
El corral representaba el principal núcleo de la actividad, pero no faltaban otros sitios complementarios como el ombú que ofrecía su sombra propicia para sentarse a tomar mate y la presencia de una gimiente guitarra, a cuyos sones, parejas de toda edad dibujaban las rítmicas figuras de las danzas típicas de la pampa. Un poco más allá, un terreno despejado permitía la rápida preparación de la cancha de taba (juego en el que se arroja al aire un astrálago de vaca y, según como se posa, el tirador gana o pierde), y el hueso decidía la suerte de los jugadores.

UN MARCO DE FIESTA

La yerra, cuya duración dependía de la cantidad de animales a marcar (5, 10, 15 días o más), hacía posible asimismo otros entretenimientos, entre ellos, la doma de algún potro, momento en que el gaucho volcaba su máxima sapiencia y todo su prestigio, dominando al animal después de una lucha obstinada sobre su lomo arqueado (quizá no exista menor narración de la doma gauchesca que la narrada  por Ricardo Güiraldes en su novela Don Segundo Sombra).
Otro juego era la corrida de sortijas. En un tramo de 200 metros, loos jinetes competían en habilidad tratando ensartar la sortija con un pequeño palito mientras pasaban a toda carrera debajo del arco en que aquella estaba suspendida.
Otro entretenimiento eran las carreras “cuadreras” (denominadas así porque la distancia se determinaba en cuadras), en las que no sólo se medía la habilidad del caballo, sino también la capacida del jinete, que otorgaba o recibía ventajas, según el caso, para que la juesta fuera competitiva, frente a la ansiosa expectativa de los apostadores.
Era ocasión, a la vez, en particular durante la noche, para el lucimiento de los payadores, esos auténticos trovadores de las pampas cuyos versos, generalmente en contrapunto o desafío, reflejaban el ingenio y la tradición populares.
La aparición de los payadores en las llanuras del Plata se produjo a fines del siglo XVIII; sus cantos improvisados tenían como tema la vida cotidiana del hombre de la región, sus avatares, sus goces y desdichas, así como su participación en las campañas militares.
El encuentro de dos de estos cantores-cronistas, daba lugar a clásicas “payadas” que, primitivamente en décimas, más tarde en sextinas y octavillas, y en la última frase en cuartetas, improvisaban alternativamente durante horas, hasta que uno de ellos no hallaba respuesta inmediata a la intervención de su oponente.
Este personaje relevante del panorama pampeano encontró su momento literario en las estrofas del Santos Vega el Payador, admirable descripción en octosílabos de la vida del gaucho en el siglo XVIII, escrita por Hilario Ascasubi (1807-1875).

DE AYER Y DE HOY

En la pampa argentina actual, la yerra sigue cumpliendo con el marcado de las crías, el descornado, el castrado de los terneros destinados a ser novillos y otras necesidades inherentes a la producción ganadera.
Actualmente los bretes, pasillo de tablones de madera, en los que se hace entrar a los animales, cruzándoles un madero por delante y otro por detrás, se inmovilizan para hacer con ellos las tareas inherentes a la producción ganadera.
Quienes tuvimos la oportunidad de presenciar las yerras, o ser partícipes de ellas, quedamos expuestos a sentirnos invadidos por la nostalgia.
Empero, al calor de las tradiciones, muchas cosas perduran del ayer remoto.
Una jineteada nos hace recordar la doma, la destreza sigue intacta, como el lujo en los aperos. Esas lejanas yerras se resisten a ser olvidadas.

                * * *                 oscarpascaner.blogspot.com
                      
(

ALMUERZO CHICO

Imbuído del intenso sentimiento de argentinidad que vive en mí, me hizo evocar vivencias del lejano diciembre de 1941, cuando mi hermano y yo pasamos todo ese mes en la chacra de nuestros tíos León y Manuela. 
Mi tío había contratado a tres criollos agauchados para levantar la cosecha. Ellos y Fausto, el mensual de mi tío, tocaban la guitarra y cantaban temas tradicionales que exaltaban el coraje gaucho en las guerras por la independencia y temas que eran emblemáticos de la tradición del gaucho entrerriano.
Mi admiración hacia ellos hacía que deje mi cama en las madrugadas cuando los oía en la cocina preparando "el almuerzo chico", el desayuno que consistía en comer asado y después, tomar mate cocido con galleta. 
Ese recuerdo fue tan intenso que me llevó a desayunar un "almuerzo chico".
Puse a asar una tira de asado y tomé mate cocido con galleta de grasa.
Y los recuerdos volaron evocando a los gauchos entrerrianos que -según relata Martiniano Leguizamón en su obra "Montaraz"- y continúa su relato descriptivo: 
"De aquella época caótica, de instintos sanguinarios y cóleras insaciadas, en que ardía el fuego de la guerra santa y grande, surgiría más tarde, purificada por una inmensa ola de sangre, la obra de la revolución y de la independencia, que los caudillos campesinos sustentaron en la hora terrible de la anarquía y de la zozobra, cuando los hombres del Directorio de 1811 andaban solicitando ante las cortes extranjeras un monarca para el Río de la Plata, con su altanera protesta en que palpitaba el espíritu de la resistencia nacional.
Fueron los hombres de los campos, los gauchos montaraces, el factor primordial de la nueva patria que nacía entre estridores de batalla; paladines caballerescos y aventureros de un derecho que no comprendían quizás en su amplia significación sus cerebros ineducados, pero que sentían firmemente arraigado en sus corazones, porque les venía como una emanación del medio ambiente, como un mandato del instinto popular, que les despertaba las ansias febriles de ser libres, libres como la naturaleza que les rodeaba, como el desatado pampero, como la cruda luz que asoleaba las campiñas natales, como los ríos caudalosos donde abrevaban sus fogosos caballos de pelea.
Pensando en el coraje de los gauchos entrerrianos evoqué al gaucho Rivero, nacido en Concepción del Uruguay. Fue peón de campo rioplatense en la Islas Malvinas. Lideró el alzamiento contra la ocupación británica de la Islas Malvinas en 1833.

                                                       * * *              loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar