jueves, 25 de septiembre de 2014

VISITA AL CARDIÓLOGO

VISITA AL CARDIÓLOGO

Como socios de la cobertura de salud de la Clínica Güemes a mi esposa y a mí nos asignaron al cardiólogo Raul Monasterky. Sl notar nuestr entrerranía en el modo de hablar nos hablóde su madre entrerriana. Resultó ser primo hermano de "Chiquito", mi estimadísimo condiscípulo de 1° a 6° grado de la escuela primaria.  Ese detalle y su amistoso trato nos generó una corriente de mutuo afecto. 
Habían pasado unos cuantos meses desde nuestra consulta anterior cuando solicité turnos para mi esposa y para mí para hacernos un control. Nos hicieron saber que desde hacía unos meses atendía en su consultorio de barrio norte. No obstante la incomodidad que ocasionaba el intenso tránsito para ir en auto desde el barrio de Boedo y la dificultad de hallar un estacionamiento que no estuviera totalmente ocupado, fuimos para que nos haga un chequeo cardiológico.
Su consultorio estaba en un edificio de departamentos. En la habitación que cumplía la función de sala de espera un señor luchaba con el atascado cierre de su campera.
  - Pruebe pasarle jabón -le dije indicándole el pasillo que conducía al baño.
Salió el paciente que estaba en el consultorio, un minuto después se asomó el doctor y desde el marco de la puerta de su consultorio nos hizo un gesto amistoso. Paseó su mirada por todo ese ambiente y no pude contenerme.
  - ¿Se te perdió un paciente? -un movimiento afirmativo de su cabeza me dio pié para seguir- ¿Podés hacer un electrocardiograma con la campera puesta?
  - No -dijo y juntó los dedos moviendo la mano como diciendo- ¿Qué preguntás?
  - A tu paciente se le trabó el cierre de la campera, está en el baño tratando de destrabarlo con jabón. 
En ese instante salió del baño el paciente agradeciéndome por darle la receta para destrabar el cierre.
Cuando el cardiólogo Raúl Mosnastersky nos hizo pasar nos preguntó si habíamos ido a Entre Ríos. Le respondimos afirmativamente y que no vimos a sus familiares que aún seguían siendo agricultores. Sus primos hermanos ya vivían en la Capital.
   - ¿Me trajeron crema casera o algunos huevos de campo? 
   - Lo siento pero no te trajimos nada.
   - ¡Qué pacientes desatentos! Mirá lo que me trajo de Estados Unidos un paciente que sí se acordó de su cardiólogo -dijo indicando un teléfono rojo con forma de corazón- ¿Su actitud te sugiere alguna reflexión?
   - Tenés que agradecer haberte especializado en cardiología y no en ginecología.

                                                                       * * *

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