martes, 7 de octubre de 2014

NUESTRO BOTE

El territorio entrerriano ondulado por gran cantidad de lomadas y tres importantes cuchillas, está surcado por una decena de ríos y dos mil arroyos. 
El arroyo Bergara corre de Este a Oeste, a siete kilómetros de Domínguez, mi pueblo; y desemboca en el río Gualeguay.
Mis padres, mi hermano, mi hermanita y yo, solíamos ir algunos domingos a pasar el día a orillas del arroyo Bergara, donde, mi hermano y yo, desde el puente carretero pescábamos mojarritas, o cuando el sol era intenso, debajo del puente ferroviario. 

Al finalizar el ciclo de estudios de 1943, mi hermano y yo regresamos a nuestro hogar y nos hallamos con tuvimos la agradable sorpresa de que nuestro padre había hecho construir un bote liviano. 
  - ¿Lo hizo Pepino Acosta? 
  - Sí, conforme a un diseño de la revista Hobby. ¿Cómo supiste que lo hizo él?
  - Porque en las vacaciones de invierno lo vi hablando contigo y al acercarme ambos se quedaron callados.

El domingo cargamos el liviano bote sobre en el porta equipajes del Ford A 31 de mi padre y con toda la familia nos dirigimos al arroyo Bergara. 
  - Kaplán me sugirió entrar por el campo que él arrienda, -dijo mi padre- linda con el arroyo, allí hay un lugar apropiado para bañarse y estrenar el bote.

No tuve dificultades para abrir el candado que tenía la tranquera. 
Al llegar al sitio indicado, el señor Kaplán se acercó y nos dio la bienvenida. 
Allí se hallaba su esposa Rosa y sus cinco hijos (Nata, Miguel, Beca, Tota y Tute) y algunos amigos de Villaguay, todos ellos correctos profesionales conocidos de mi padre que lo invitaron a que acampáramos con ellos. 
  -  Les agradecemos, pero haremos "rancho aparte". -dijo mi padre, con un toque del hablar gauchesco, a la que era afecto por su admiración al gaucho. 

Mi hermano y yo retiramos las ramitas secas con espinas que había en el sitio en el que acamparíamos, a veinte metros del que se encontraba la familia Kaplán y sus amigos de Villaguay. Ese lugar estaba poblado por los autóctonos árboles espinosos de la flora entrerriana, que alcanzan de cuatro a cinco metros de altura, siendo más tupidos su conjuntos en las zonas linderas con los ríos y arroyos. 

Con ele consentimientos de nuestros padres fuimos con mi hermano a conocer la zona cercana al arroyo. Descendimos hacia el arroyo por un espacio despejado entre los altos pastizales que había a la vera del arroyo y nos encontramos con un espacio cubierto con arena, algo inesperado porque en el tramo que conocíamos no la tenía. 

Mi hermano Guillermo y yo les dijimos a nuestros padres que nos acercaríamos al arroyo.  inspeccionamos el lugardesatamos el bote y lo llevamos al arroyo. El bote era para una persona; de quilla angosta, estructura de varillas de madera y tela liviana. En cuanto lo echamos al agua mi hermano iba a y subir, pero se le interpuso Tute, el menor de los hijos de Kaplan, diciendo que le correspondía estrenarlo porque ese campo era de su papá. Después se lo cedió a su hermana Tota; que se lo dio a Beca y Ñata, la mayor la mayor de las hijas mujeres, se interpuso y uno a uno los amigos nos fueron dejando afuera.    
Cuando mi padre se acercó anunciándonos que el asado ya estaba a punto aún no habíamos tenido oportunidad de estrenar nuestro bote.
Comí apurado y salí apurado para ganarme el derecho de usar nuestro bote mientras los Kaplan y sus amigos comenzaban a almorzar.
Remé desde la playita hasta donde llegaba un alambrado del campo vecino, y dí la vuelta ahí, donde dijeron que el arroyo era más profundo. Me crucé con don Jacobo
Kaplan, me dijo que iba aprovechar a nadar ahora que todos estaban comiendo; no había traído su short de baño y se metería al agua en calzoncillos. Lo vi nadar y dí la vuelta al acercarme a la parte en la que él nadaba.  Al llegar a la playita con arena, volví a hacer girar al bote y ya no lo vi; tampoco estaba en la orilla. Hice girar el bote, remé rápido hasta la playita, lo arrastré afuera del agua y corrí para avisar. 
Al pasar junto al grupo de los Kaplan y sus amigos dije angustiado:
  - Don Jacobo estaba nadando y parece que se ahogó. -y seguí para decírselo a mi padre. 
 - ¡Qué chiste de mal gusto!
Al decírselo a mi padre me siguió a paso apurado. Desde la distancia lo oí decir:
  - Si mi hijo dijo que se ahogó, es porque se ahogó. 
La gente se amontonó a orillas del arroyo. 
Ñata, la hija mayor de don Jacobo, empujó el bote y al intentar subir en él se tomó del borde, el bote volcó quedando con la quilla hacia arriba. 
Mi padre me hizo regresar donde estaba mi familia. 
Inquieto, esperanzado en que hubiera salido del agua sin que yo lo viera, volví al arroyo. Ya había unos lugareños con sus líneas (así llamaban al hilo de pescar con plomada y anzuelo) echándolas al agua y recogiéndolas para comprobar si se enganchaban en el cuerpo de Kaplan. 
Un de ellos lo consiguió. 
Mi padre les sugirió hacer desaparecer en el arroyo o en los altos pastizales la ayor parte de las botellas de vino, llenas y también las vacías. 
Mi padre con la familia, pasó por la Comisaría para dar aviso de lo que ocurrió y después de dejarnos en casa volvió a la Comisaría.   
El médico determinó que falleció por un paro cardíaco.
Al día siguiente un agente de policía requirió que me presente en la Comisaría.
Los gobernantes del golpe del 4 de junio de 1943 cambiaron al Comisario por otro apellidado Matas. 
Tomó nota de mi nombre y edad.
  - ¿Qué tomaban?
  - Los vi tomando mate.
  - No te hagas el vivo porque te meto en el calabozo. ¿Estaban chupados?
  - Esos no toman ni un litro de vino entre diez.
  - ¿En qué grado estás?
  - Terminé el primer año de la carrera docente.
  - ¿A los catorce años aprobaste el primer año de la carrera docente?
  - Sí señor. Mi hermano tiene 15, y será maestro a los 16.
  - ¿Dónde estudian?
  - En la Escuela Alberdi, cerca de Paraná.
No sé si ese dato sirvió para bajar la agresividad con la que me hacía las preguntas. A su pedido le relaté lo que había visto. 
Nunca volvimos al lugar de ese penoso episodio. 
No supimos qué pasó con nuestro lindo bote.

                                                                           * * *  

No hay comentarios:

Publicar un comentario