jueves, 30 de octubre de 2014

ESTACIÓN DE VÍA MUERTA

  Quienes no vivieron en pueblos del interior donde el ferrocarricarril prestaba un servicio social, no pueden imaginar el daño que ocasionó la arbitraria decisión de suprimir ese servicio. Sesenta mil ferroviarios quedaron sin trabajo, sesenta mil hogares pasaron a ser carenciados, y otros tantos, o quizás más perdieron su ocupación de fleteros, estibadores, changadores que cargaban valijas y bultos de los viajeros y otros que trabajaban en tareas vinculadas al ferrocarril directa o indirectamente.
Quizás algún día llegue a la Presidencia de la Nación un hombre que no se deje torcer el brazo por los gremialistas del transporte que anulan, por económica, la competencia del ferrocarril que da vida  y trabajo a pueblos del interior del país. Esa es una de la causas por la que esos desocupados emigran a a Buenos Aires y se instalan como ocupas en casas de la Capital o en las villas miseria suburbanas. 
Si se rehabilitan los ferrocarriles disminuiría el costo del transporte y habría menos camiones y ómnibus en las rutas haciendo que disminuyan los accidentes viales que éstos producen y se generaría trabajo en pueblos del interior; consecuentemente sus pobladores no los abandonarían para engrosar las villas miserias bonaerenses.   
                         
                          ESTACIÓN DE VÍA MUERTA                           por Luis Domingo Berho

                          Estación vieja y deshecha / que era toda alegría, 
          que fuiste una romería / en los tiempos de cosecha.
          Hoy parece que te pecha / el mancarrón del olvido,
          quién sabe dónde se han ido / bolseros y capataces,
          hombres fuertes y capaces / que para siempre se han perdido.


                         Ya no se ve ningún linyera / al lado del embarcadero 
          ni una estiba con letreros / de una firma cerealera,
          ya por tu enorme tranquera / no entra ninguna chata, 
          el carrero no desata / su famosa caballada 
          ni descarga en la planchada / las bolsas por la culata.

                     Ya no hay muchachas bonitas / paseando por el andén, 
          que iban a esperar el tren / en las lindas tardecitas.
          Contra tus vías limpitas / no se estrella el sol radiante, 
           y en esa quietud constante / de las ruinas que allí quedan, 
           ya ni se mueve la rueda / de tu molino gigante.

         
                    El cambista no camina / con su blusa azul aquella 
                    ni la máquina resuella / con su aliento de neblina, 
                    ya no están en la oficina / el jefe ni el auxiliar,    
                    no se oye repicar / el telégrafo tampoco, 
                     y los gorriones de a poco / han terminado por copar.

                     Tu señal está tranquila / y tus galpones carcomidos, 
                     en tus rieles dormidos / ya no hay vagones en fila, 
                     ya no se ve una pila / sobre tu playa desierta, 
                     tu campana no despierta / y es su badajo olvidado  
                     un lagrimón oxidado / llorando a la vía muerta.

                                                          * * *       loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar





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