Cocina, viaja cocina / que jué de siete por cuatro,
lugar donde juera el teatro / de la reunión campesina.
Hoy mi mente te imagina / y al tiempo lo he desandao
y ya me veo parao / allí mismo donde estabas,
y ya me veo parao / allí mismo donde estabas,
y ese lugar que ocupabas, / hoy es potrero pelao.
Aquí se habló de las trillas, / del tiempo y la maquinaria,
de los rindes por hetária / y las clases de semillas.
Aquí estaban varias sillas / dispuestas en derredor,
y creo que sin error / podría decir certero
adónde estaba el aujero / de plantar el asador.
Aquí se afiló un cuchillo, / por acá pasó el amargo,
aquí estaba el banco largo / bien lavao con cepillo;
quedaba haciendo martillo / con la punta de la mesa;
que era larga y gruesa, / y estoy viendo el perro abajo
pellizcando con trabajo / el resto de alguna presa.
Aquí jué la carcajada / por la ocurrencia más cómica,
aquí estaba la “económica” / con la plancha bien fregada.
Aquí jué la choriciada / y el baile con acordión;
aquí se colgó el jamón / y la caña choricera,
cerquita de la arpilllera / del cielo raso panzón.
Aquí se contó el suceso / de la muerte de Lencina
esa tarde que en la esquina / estaban tirando el güeso
y el silencio más espeso / la alegría jué copando.
Aquí se arregló Servando / con una de las muchachas;
le lavó un par de bombachas… / y se las siguió lavando.
Aquí se sintió el olor / que da la leña de vaca,
y del guiso que se saca / con paciencia y amor.
Aquí se sintió calor / la noche más invernal,
aquí se hizo el mensual, / al lao del fuego encendido,
sobre un callo partido, / la cura con ungüento sin sal.
Cocina, vieja cocina, / que jué de siete por cuatro,
hoy te ve como en un teatro / mi añoranza campesina
como buscando tu ruina, / después de güellas inciertas
por tus invisibles puertas / entro con paso tardo
para florecer como un cardo / sobre tantas cosas muertas.* * * loscuentosdeoscarpascaner.blogspot.com.ar
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