jueves, 30 de octubre de 2014

LA MUSA CRIOLLA

por Martiniano Leguizamón

Poesía interpretada por un gaucho en la sobremesa de un asado en la chacra de mis tíos.                                                                                                    


Muy lindo, viejo, este lugar, / prolijito y adornado 
con algo de metal plateado / y bullas de pericón,
donde las vihuelas al son / vibran lindos cantos queridos,
esos que tienen gemidos / de los montes y las lomas 
que traen silvestres aromas / entre sus versos sentidos. 

Hablan del juncal y del bañado, / cuentan historias viriles,
donde los patrios prensiles / pintan un cuadro encantado,
donde el paisano esforzado / luce su gracia serena
llenando toda la escena / con su figura bizarra
cantando con la guitarra / su amargura y su pena.

Cantos que relatan colores / del remanso y la laguna
donde tiembla la luna / como una estrella entre flores,
cantos que tienen rumores / de la tarde mortecina,
de la diana matutina, / del zorzal en el ramaje,
de la indiada salvaje, / del matrero y de la china.
Cantos que de luchas pasadas / refieren algún entrevero
en que la chuza de acero / enrojeció las cañadas,
o de yerras y domadas / donde pintan lances inauditos,
que imitan risas y gritos / de la esquila y de las eras,
o melodías lastimeras / de huellas y cielitos.

Cantos al susurro de las hojas / de un sauce cimbrador
donde gime un payador / echando al viento sus congojas
que al compás delas coscojas / y de las espuelas nazarenas,
en las noches serenas / vuelan dulcemente por la llanura
con mensajes de ternura / para el rancho y la morena.
Que sigan chisporroteando / esas brillantes llamaradas
cantándole a las patriadas, / y sigan los criollos tocando
con la guitarra bordoneando, / relaten en estrofas sencillas
la vida gaucha en las cuchillas, / sus leyendas portentosas,
agrestes, libres y hermosas / pues todas ellas son una maravilla.

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