jueves, 30 de octubre de 2014

BORIS ELKIN


          Merece destacarse la buena disposición de los gauchos hacia los inmigrantes que se establecieron como agricultores en distintas regiones de la Argentina.
         Considero que esa nobleza y solidaridad de los gauchos fue uno de los factores determinantes que influyó en la pronta argentinización de esos inmigrantes.
         Boris Elkin, hijo de chacareros inmigrantes judíos provenientes de algún país de Europa del Este, eminente cirujano especialista en cuerdas vocales (que le salvó la voz  a numerosos cantores, locutores, actores, etc.) amó entrañablemente a los gauchos y a sus tradiciones gauchas. Sus poesías trasmiten ese sentimiento.
         La editorial Cosmogonías, al presentar “Los Gauchos, Amalgama de Tierra y Hombre” transcribe palabras de este cirujano, poeta y gaucho: 
 Soy un hombre criado en el campo -explicaba Boris Elkinmitad gringo, mitad gaucho que garabatea versos. Ni siquiera tengo la virtud de poseer imaginación: “Gaviotas”, lo escribí mientras mis caballos tomaban un resuello; “Don Plácido”, le cambié el nombre porque aún vive; “El overo” fue uno de mis animales de  trabajo; “De carne somos”, algo que se repite en cada rancho... ¿Qué lo trato con respeto y dignidad? … ¿Qué conozco la idiosincrasia de nuestro gaucho y estoy adentrado en su psicología? … ¿Qué manejo su lenguaje con ajustada propiedad? … ¡Bueno fuera que no! … ¡Yo nací junto a ellos! … ¡Aprendí de ellos! … ¡Soy uno de ellos!

   Gaviotas                                                 por Boris Elkin

Mi gaviota  amiga, / mi amiguita blanca, / ¡qué alegre yo trabajo
cuando me acompañas! / Y en tanto el arado / incansable traza
esos surcos paralelos / de mis esperanzas, / contemplo tu vuelo
y escucho tu charla, / que es canto al trabajo / y es pan para el alma.

Por eso contemplo, / todas las mañanas, / el azul del cielo
que al irte surcas / buscando el saludo / que me hacen tus alas.
Mi gaviota amiga, / mi amiga blanca,
¡qué triste me siento / cuando tú me faltas.

El surco parece más negro, / las horas, me parecen ¡más largas!
Y mientras la reja del aburrimiento, / traza un surco profundo en mi alma,
pienso en tus desdenes, / mi gaviota amiga
y siento la tristeza / que me embarga.
No sigues mi arado / porque yo te quiero; 
te interesa el surco / y el insecto que hallas.
Mi gaviota amiga, / amiguita blanca
¡qué alegre trabajo / cuando me acompañas!
¡Miénteme cariño! / ¡Miénteme tu charla!
¡Miénteme el saludo / que me traen tus alas,  
pero en pos de otro labrador /  ¡No te vayas!

                                  * * *                                                oscarpascaner.blogspot.com

Poesía canción ejecutada por un gaucho en un asado en la chacra de mis tíos León y Manuela.

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