por Luis Domingo Berho
Recitado por uno de los gauchos que trabajaron en la cosecha de la chacra de mi tío León.
Cuando en un tiempo anterior / con mis recuerdos acampo,
vieja galleta de campo, me encuentro con tu sabor.
Te saco del mostrador / de un boliche imaginario,
o sigo el itinerario / de los panaderos fieles,
que llenan de cascabeles / las calles del vecindario.
Te tostaron en las brasa, / te mojaron en la olla,
y en los bifes con cebolla, / limpiaste el sartén con grasa.
Te hiciste sopa en la taza / en el rastrojo lejano,
y el que era criollo baquiano / pa´ cortar del asador,
no encontró nada mejor / pa´ comer sobre la mano.
y en los bifes con cebolla, / limpiaste el sartén con grasa.
Te hiciste sopa en la taza / en el rastrojo lejano,
y el que era criollo baquiano / pa´ cortar del asador,
no encontró nada mejor / pa´ comer sobre la mano.
El carrero te llevó / en el pesebre guardada,
y con una rebanada / a su guiso acompañó.
El resero te cargó / en viaje de muchos días,
y anduviste por las vías / bailando en la bagayera,
cuando juiste pa´ el linyera / una de las “tres marías”.
y con una rebanada / a su guiso acompañó.
El resero te cargó / en viaje de muchos días,
y anduviste por las vías / bailando en la bagayera,
cuando juiste pa´ el linyera / una de las “tres marías”.
Hermana del güevo frito, / del cuajo y del chinchulín,
y madre de aquel budín / chacarero y exquisito.
Te llevaron pa´ el toldito / los deschaladores rudos,
y al fin de esos días crudos / de esquilas y de caballos,
anduviste entre los callos / de los dedos macetudos.
y madre de aquel budín / chacarero y exquisito.
Te llevaron pa´ el toldito / los deschaladores rudos,
y al fin de esos días crudos / de esquilas y de caballos,
anduviste entre los callos / de los dedos macetudos.
Sobre tu corteza güeca / era más rico el tocino,
aquel jamón campesino, / el chorizo y la manteca.
Al romperte de reseca / era música tu ruido,
y si te habrán consumido / al lao de la trilladora
cuando llegaba la hora / del ansiado mate cocido.
aquel jamón campesino, / el chorizo y la manteca.
Al romperte de reseca / era música tu ruido,
y si te habrán consumido / al lao de la trilladora
cuando llegaba la hora / del ansiado mate cocido.
Tu imagen a mí regresa / colgando adentro del rancho,
con la botella en el gancho / por esa laucha traviesa.
Te veo sobre la mesa / junto a la sopa caliente,
y siempre estabas presente / allá por las ocho y pico,
cuando el almuerzo chico / desayunaba la gente.
con la botella en el gancho / por esa laucha traviesa.
Te veo sobre la mesa / junto a la sopa caliente,
y siempre estabas presente / allá por las ocho y pico,
cuando el almuerzo chico / desayunaba la gente.
Vieja galleta de antaño / que en un kilo entraban dos,
yo no me olvido de vos, / de tu forma y tu tamaño,
vos sí que no hacías daño, / ni después de tres semanas.
Con vos en tardes lejanas, / cuando del campo volvía,
la presa del mediodía / la comía con más ganas.
yo no me olvido de vos, / de tu forma y tu tamaño,
vos sí que no hacías daño, / ni después de tres semanas.
Con vos en tardes lejanas, / cuando del campo volvía,
la presa del mediodía / la comía con más ganas.
Ya tu miga preferida / la familia no alimenta,
aunque hoy no estés en venta / el paisano no te olvida.
Vos llegaste a mi vida / con el uso de la razón,
por eso en esta ocasión / quiero decirte galleta,
que te llevo en la maleta / que nutre mi corazón.
aunque hoy no estés en venta / el paisano no te olvida.
Vos llegaste a mi vida / con el uso de la razón,
por eso en esta ocasión / quiero decirte galleta,
que te llevo en la maleta / que nutre mi corazón.
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