martes, 29 de julio de 2014

ACTO EN MI ESCUELA PRIMARIA



ACTO EN MI ESCUELA PRIMARIA

Grata sorpresa fue recibir la invitación para asistir al acto conmemorativo de la fundación de mi querida y nunca olvidada escuela primaria de Villa Domínguez, Entre Ríos. El folleto adjunto anunciaba reencuentro de compañeros, discursos, números artísticos, asado y baile en el patio de la escuela. 
¡Había transcurrido tanto tiempo desde aquel 1942 en que terminé el sexto grado! 

Esa invitación era un buen motivo para ir (o volver) al amado pueblo de mi niñez.
  
En el patio de la escuela me encontré con algunas de mis maestras y condiscípulos. La emoción nos llenó de sonrisas y alguna que otra lágrima.            
Al día siguiente, aún con la emoción flotando muy dentro de mí, fuimos con mi buena esposa y mis suegros a pasear a la ciudad de Villaguay
Sintonicé la radio del auto donde trasmitían música regional de Entre Ríos. 
Era LT 27 ”La voz del Montiel” de Villaguay. Entre tema y tema el locutor hacía comentarios del acto realizado en la escuela primaria de Villa Domínguez. 
Consideré oportuno darle a conocer al conductor de ese programa la reconstrucción de una poesía que escuché dormitando una siesta sabatina, que luego rearmé con los retazos de esos versos que retuvo mi memoria. 
Al llegar al frente del edificio en el que estaba esa emisora de radio, detuve el auto y busqué en mi mente el rincón que acumula viejos recuerdos. Allí estaba archivada la imperfecta reconstrucción de esa poesía. Repasándola me dirigí a la entrada .  
En una hoja de papel que me suministró el recepcionista fui escribiendo lo que recordé de esa poesía. Se la di al recepcionista para que se la entregue al conductor del programa que estaba en el aire. 
Me pidió que aguarde y entró en la sala de trasmisión. Dos minutos después me dijo:
  El conductor quiere que pase a la sala de trasmisión.
Una amistosa sonrisa y un movimiento de cabeza fue el saludo, y un gesto, el lugar que debía ocupar en la silla que había frente a él, al otro lado de la gran mesa. 
Después de decir el nombre del tema musical que había pasado, anunció:
 - En este momento ingresa a nuestro estudio una persona que nos hablará del acontecimiento que vivió el pueblo de Domínguez al festejar un nuevo aniversario
de la fundación de su escuela primaria. -giró hacia mí el micrófono de caña.                
  - Dígale a nuestra audiencia su nombre y hágale conocer su poesía.
   Mi nombre es Oscar Pascaner, terminé el sexto grado de la primaria de Villa Domínguez en el año 1942. La poesía, a la que usted se refiere, es algo que rearmé con retazos de la que leyó Jorge Acuña, conductor de un programa folclórico de una emisora de la ciudad de La Plata. Mi intención era que la lea el buen conductor de este programa porque no sé decir poesías -dije- pero su gesto convincente no me da esa posibilidad. Disculpen por atreverme a leer esta imperfecta reconstrucción de esa linda poesía de un marplatense apellidado Sarmón.
La tituló: "A tí, que no te importa".
          
          A ti, que no te importa 
        la historia de tu escuela
        ni esas viejas campanadas  
        que suenan siempre nuevas.

        A ti, que no te importa 
        la fe de tus maestros,
        sus sueños e ilusiones, 
        su luz y su sapiencia.
  
        A tí, que no te importa 
        si el que te enseña sueña,
        si el que te enseña sufre...  
        escucha:
  
        Por más alto que subas, 
        siempre habrá un minuto
        para volver al llano y allí, 
        desde tus cosas,
        sublimes o tremendas, 
        añorarás el aula, 
        el busto de Sarmiento, 
        el mástil, la bandera.

        Por no tienes fervor de niño 
        ni aromas de pupitre,
        ni rasgos de inocencia 
        no se justifica tu protesta.
        No vale que llores en seco, 
        ni busques pretextos
        por olvidar a tu escuela 

        Cuanto más alto subas,  
        no importa qué escalera, 
        si no te arranca un llanto  
        la sombra de tu escuela...
        irás hacia la muerte 
        ¡y morirás de muerte!

                                                                                                                          * * *
                                                                                     loscuentos de oscarpascaner.blogspot.com.ar    

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