lunes, 21 de julio de 2014

HÉCTOR ANÍBAL (NENE) ZABALA

HÉCTOR ANÍBAL (NENE) ZABALA

El cartero Juan Zabala y su esposa tenían tres hijitas de seis, cuatro y dos años más otro en gestación. 
Deseando que se cumpla el deseo de un varón hablaban de "el nene". 
Eran tiempos en los que no se podía saber el sexo antes del nacimiento.   
La ilusión se hizo realidad, nació un varón al que le por nombre Háctor Aníbal Zabala 
pero la familia, ya lo habían apodado "Nene". 
Cuando su madre lo llevaba con sus hermanitas a la placita vecina, muchos de los que estaban allí se acercaban para conocer al bebé y preguntaban su nombre. 
 - Héctor Aníbal pero lo llamamos Nene. 
Al iniciar el primer grado era el más alto de sus compañeritos, pero su maestra lo llamó "Nene" y así fue en los grados sucesivos. Aunque llegó a medir 1.70 metros en sexto grado siguió siendo "Nene" para maestros, compañeros y para todos. 
Hoy, ya casi nonagenario, vive en Pergamino y participa de torneos de juego de dama en torneos en distintos centros de jubilados del pais. destacándose como el mejor. 
No obstante de que yo soy algo menor, él, desde siempre me demostró apreciarme. Gozar de su amistad era un gran privilegio porque siempre fue, y sigue siéndolo, la bondad personificada.  
Muchas de las anécdotas de mi pueblo lo tienen como protagonista. 
En ocasión de uno de sus viajes a la vecina ciudad de Villaguay, nos contó:  
  - Al subir al tren me ubiqué en el asiento enfrentado al que ocupaba una mujer de mediana edad que respondió cordialmente a mi saludo. 
Cuando saqué del bolsillo de mi campera la revista que compré en Villaguay, me dijo con énfasis admonitorio:  
  - Mi condición de docente me faculta a decirle que esa clase de revistas que no le aportan cultura.
  - Usted la juzga por su tapa. Esta chica con poca ropa es un recurso para estimular su compra, el contenido es interesante.
  - ¿Qué nota de interés halló en ella?
  - La que adjudica a los varones occidentales la culpa de la histeria femenina.
  - ¿Por qué?  - Porque no conocen los tiempos de la sexualidad femenina.
  - ¿Cómo lo fundamenta? 
  - Las estadísticas demuestran que las esposas de orientales y de judíos no padecen de histeria. Sus maridos, adecuadamente informados del tiempo de la sexualidad femenina, logran que sus esposas liberen las tensiones, cuando esas tensiones no son liberadas, ocasionan histeria; palabra que deriva del término griego híster, útero. Por respeto me abstengo de otros detalles. 
  - ¿Y qué otra nota de interés cultural encontró en esa revista?
  - Que los hombres mejor dotados virilmentP descienden de los incas.
  - ¿Considera que esa información lo enriquece culturalmente?    
  - Pero me halagan -dijo mi amigo Héctor Aníbal Zabala.
  - No entiendo por qué se siente halagado si usted no tiene rasgos faciales judíos ni orientales, ni incas. 
  - Mi nombre es Atahualpa Zabalovich. 

Héctor Aníbal Zabala y un jovencito apellidado Zapata se turnaban para aprender los trabajos de oficina en la Estación Domínguez del Ferro Carril Entre Ríos y en la Oficina de Correos y Telégrafos de esa localidad. Uno acudía por la mañana y el otro por la tarde a ambas dependencias.
En una y en otra era indispensable saber el código Morse para trasmitir y recibir telegramas. El ferrocarril lo usaba para solicitar y otorgar Vía Libre a los trenes.   
Después de un tiempo los practicantes (que no recibían sueldo) lograban capacitarse y estaban en condiciones de reemplazar a un empleado en uso de licencia.
Desde la Oficina de Personal del Ferrocarril Entre Ríos le consultaron al Jefe de Estación Domínguez, si alguno de sus practicantes estaba capacitado para relevar a un auxiliar en Estación Villaguay Este.
  - Los dos practicantes están capacitados para relevar a un auxiliar. -respondió.
Minutos después, mediante telegrama, dispusieron que enviara a un practicante a la Estación Villaguay Este para suplir a un auxiliar.  
Nene Zabala le cedió esa oportunidad al Cabezón Zapata.
Zapata se instaló en una de las casillas destinadas al personal ferroviario. 
La Estación Villaguay Central empalma en Villaguay Este con la línea troncal.
Pocos minutos después Zapata volvió a la estación para charlar con los compañeros de trabajo. Allí se enteró que se habían quedado sin tinta y sin polvo para hacerla. Zapata, por ganarse unos laureles, dijo que podía hacerla con papel carbónico. 
Cuando se lo dijeron al Jefe de Estación, éste miró a Zapata con desconfianza.
  - Jamás oí decir que se puede hacer tinta con papel carbónico. 
  - Yo lo ví a Zabala haciéndola. Zabala es el otro practicante de Domínguez.
  - ¿Me da su palabra de que no arruinará las dos últimas hojas de papel carbónico?
  -  Le doy mi palabra.
El Jefe, con cierto recelo, le entregó las dos últimas hojas de papel carbónico. Zapata las colocó en el recipiente que usaban para hacer tinta. 
Cuando hirvió el agua que tenía la pava, Zapata echó agua caliente sobre los carbónicos, pero éstos no destiñeron. Con el mango del plumero removió las hojas de carbónico sin lograr que el agua pierda su inmaculada transparencia. 
Zapata dejó la oficina sin decir palabra y se fue a la casilla en la que se alojaría.
Días después, en su descanso semanal, Zapata llegó a Domínguez en el tren del mediodía. En cuanto se fue el tren habló con "Nene" Zabala.
  - Intenté hacer tinta con carbónico pero fracasé. 
  - ¡Cómo no ibas a fracasar si  el carbónico no destiñe en el agua! 
  - ¡Pero yo te vi hacerla en en el Correo con dos hojas de papel carbónico!
  - ¡Ahhh!!! Fue esa vez que entraste en la oficina cuando yo ya había puesto en el recipiente el polvo para hacer tinta. Por hacerte una broma, tomé los carbónicos que había desechado por usados, y los puse en el tachito diciéndote que haría tinta con carbónicos. Lo que hizo la tinta fue el polvo, no los carbónicos. 
  - Yo quedé convencido que los carbónicos tiñeron el agua. ¡Me hiciste quedar como un chanta! 
Evidentemente Zapata olvidó lo bromista que era el Nene Zabala. Si lo hubiera tenido en cuenta se acordaría de cuando lo peinó untando el peine con goma arábiga amarronada aprovechando que Zapata se quedó dormido sentado junto a uno de los escritorios en una de la Oficinas de Correos y Telégrafos. 
  - ¡Estuve veinte minutos con la cabeza bajo el chorro de agua de la canilla para quitarme ese pegote! -dijo el Cabezón Zapata al contarnos esa broma

La más memorable de las anécdotas del Nene Zabala fue el diálogo que mantuvo con una docente al regresar de Villaguay en tren. Él lo contó así:
  - Fuí a Villaguay en el trencito de las 15 y regresé en el que va a Buenos Aires y llega a Domínguez a las 19 horas. Me ubique en el asiento enfrentado al que ocupaba una señora de unos treinta y pico o cuarenta años. Al sacar del bolsillo interior de la campera y ponerme a leer la revista que compré en Villaguay, esa mujer me dijo:
  - Jovencito, esa clase de revistas son basura, no le aportan cultura.
  - Mirando la tapa de la revistita le dije: la foto de la joven desabrigadita que tiene la tapa es un gancho para estimular su compra, su contenido es muy interesante.
  - ¿Ah si? ¿Qué nota interesante halló en ella?
  - La que nos adjudica a los varones occidentales la culpa de la histeria femenina.
  - ¿Lo fundamenta?
  - Sí señora. Dice que los varones occidentales desconocemos los tiempos de la sexualidad femenina. Eso le impide a la mujer descargar sus tensiones y es la causa de la histeria. 
  - Soy docente. No tenga reparos en decirme cómo lo fundamenta.
  - Dice que los occidentales y los judíos sí conocen los tiempos de la sexualidad femenina y priorizan ese dato dándole el tiempo necesario para que descargue y no quede tensionada. Entre ellos son prácticamente nulos los casos de histeria, palabra que deriva de híster, que en griego significa útero. 
  - ¿Y qué otra nota de interés encontró en esa revista?
  - La que dice que los descendientes de los Incas son bien dotados virilmente.
  - ¿Considera que eso le aporta cultura?
  - Tal vez no me aporte cultura, pero me halaga.
  - No entiendo por qué se siente halagado, usted no tiene rasgos fisonómicos  orientales, judíos, ni Incas. 
  - Dedúzcalo usted... me llamo Atahualpa Zabalovich. -dijo mi buen amigo Héctor  Aníbal "Nene" Zabala. 

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